S O L E A R E S   D E   T R I A N A

A la orillita del mar
yo quisiera resolver
por dónde me entra este mal.

Como muerto/a en su sepulcro
así de solo/a yo estoy,
que ya no siento ni el aire
que ya no sé ni quien soy.


***


Que no me busques en vano,
yo no estoy entre la gente
que se pasa por tu lao.

Que en esta vida que llevo,
que “na” tiene de verdad,
yo voy evitando muertos
“enserrá” en mi soledad.


Como una capa de hielo
llevo tu olvido en las manos
y en el alma tu silencio.

Yo soy como un pez herido
que en la orillita se ahoga,
que el silencio y el olvido 
son arpegios de una ola.


***

La tarde, distante y fría
pasando va por mi calle.
Su mano llena de espinas.

Amarradita/o a una piedra.
vivo desde tu abandono.
Ay, cuánto me pesa el mundo.
Ay, fría tarde de invierno.




Ya no arrastra su carrillo-carrito
la viejita de las Setas
ni se sienta en su banquillo-banquito

de la mañana a la noche,
de la noche a la mañana.
Ya terminaron sus días
vendiendo sus avellanas.

        
          ***


Necesito un universo
para ajhondar mi soledad (pa enterrar)
y no quemarme por dentro.

Que a mi cuerpo no le cabe
tanta escarcha y tanto fuego;
para vivir sin tu amor,
yo necesito otro cielo. 
En la esquinita esperando
me has dejado muchas veces.
Siempre terminé llorando.

Llueven cántaros de sal
y en mis ojitos no hay agua.
Me sobra melancolía,
me falta abrigarme el alma.


***


Cuéntame que ven tus ojos
cuando la noche los mira
que los veo entre cerrojos.

Limpia tu cara de muerte
que mi cariño te espera.
Tira tu viejo vestido
que otro nuevo a ti te envuelva.

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